Escuchamos en muchos lugares la siguiente frase “AÑO NUEVO, VIDA NUEVA”. De hecho existe una canción que adula esta frase con otra que dice: “Más alegres los días serán». Realmente muchos quisieran hacer realidad esta hermosa expresión, pero pocas personas lo logran.
Todos somos personas capaces y sometidas a retos, pero a la mayoría le da temor asumirlos y al final terminan conformándose con cualquier cosa.
El arma más letal para fracasar es el “CONFORMISMO”, “yo estoy bien así para qué cambiar», “es que a mi edad yo no sirvo para eso», «si tuviera las herramientas para hacerlo», “a mí nunca se me presentaron oportunidades», “si fuera más delgado(a) más gordo(a) más alto(a)» en fin, frases como estas escuchamos constantemente.
Los que nunca logran avanzar son aquellas personas las cuales hacen de este tipo de expresiones el pan de cada día, llegando a creer que todo lo que les sucede se debe a algunas de esas causas.
Cuando intentan algo y fracasan, se justifican de la siguiente manera: “si ve, yo tenía razón”. Algunos ni siquiera llegan a un segundo intento porque les da miedo volver a fracasar. Esa forma de pensar te lleva a una sola cosa, a la “MEDIOCRIDAD”
Una persona es mediocre cuando todo lo hace a medias, medio piensa, medio trabaja, medio se esfuerza, medio se sacrifica por alcanzar lo que quiere, y medio – medio hace todo. Es entonces cuando se comienza a adormecer ese potencial que se tiene.
Muchos mueren sin saber que lo tenían, se quedaron en el “SI YO FUERA” o en el “SI TAL VEZ” y no hacen nada por salir de esa zona de decepción, porque sienten que no tienen un futuro esperanzador, que no vale la pena esforzarse, y no tiene sentido luchar contra la corriente.
Se les olvida que el labrador para recoger los frutos, primero debe sembrar y antes de sembrar, debe preparar la tierra. Es una falacia pensar que las metas se consiguen de la noche a la mañana.
¿Haz analizado que en el mundo de los negocios existen personas las cuales a pesar de esforzarse lo suficiente por alcanzar más ventas, nunca lo logran? Si lo has hecho, te habrás dado cuenta que el fenómeno de conseguir más ventas no se limita simplemente a un esfuerzo, se debe poseer la habilidad de cambiar rápidamente, adoptar hábitos y actitudes que permitan una comunicación con los demás de manera extraordinaria, pero además de esto apuntar hacia la dirección correcta.
Un gran esfuerzo enfocado en la dirección equivocada puede traer como consecuencia la banca rota.
La resistencia al cambio sólo causa resquebrajamiento.
No detenerse a analizar las cosas cuando no están funcionando, implica una gran pérdida de tiempo, esfuerzo y dinero.
Por ejemplo, muchas personas se equivocan al querer comenzar cada año con nuevas metas.
¿Cuándo suelen suceder esas equivocaciones?
Cuando no logran conseguir las metas que se trazaron en el año que termina y lo dejan hasta allí. Es posible que sólo hayan quedado a un solo paso de alcanzarlas y por su abandono lo pierden todo.
Si realmente esa meta tiene un verdadero significado para ti, aunque no la hayas conseguido en el tiempo que fijaste para hacerlo, debes continuar en el logro hacia ella. La ausencia de la “perseverancia” algunas veces resulta ser un explosivo que acaba con cualquier aspiración.
Si las cosas no están funcionando debes hacer un PARE, replantear la situación, analizar qué está pasando, descubrir las razones por las cuales no se logró lo que querías en el tiempo establecido; qué falló, qué inconvenientes se presentaron, dónde existieron los errores, pregúntate para qué sucedió, y lo más importante, aprender de ello.
Como expresa un viejo proverbio: “Es absurdo seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes”
¡Cambia la óptica desde donde miras las cosas! Las personas que se dan por vencidas ante un simple fracaso, viven cambiando constantemente sus metas, sin alcanzar ninguna, son como un barco a la deriva, sin norte, ni dirección.
Existe otro grupo de personas que creen saber lo que quieren o para donde van, y sólo se dan cuenta de la equivocación cuando caen en la falacia de la autorrealización. Es decir, siempre pensaron que a la llegada de X o Y punto su futuro estaría cubierto, sintiéndose de algún modo seguros y con cierto grado de prestigio o éxito.
La diferencia entre estos dos grupos de personas es que los segundos se dan cuenta de esa falacia. ¿En qué momento? Cuando se comienza a derrumbar ese castillo de arena que creían era sólido y comienzan a enfrentar una serie de dificultades, las cuales no estaban previstas por ellos. Es entonces cuando esa seguridad la cual creían tener comienza a desaparecer, pero siguen adelante en su lucha por alcanzar lo que quieren.
Los del primer grupo, los que cambian constantemente de metas, siguen el camino de su vida sin saber para donde van, pensando “es imposible viajar por autopista”. Para ellos todos los caminos son pedregosos.
Si una persona no es perseverante, o le da continuidad a aquello que quiere alcanzar, es posible que nunca logre avanzar lo suficiente. Por eso resulta importante resaltar el no caer en la insensatez de creer que cuando alcanzamos algunas metas, ya lo hemos logrado todo; o en el peor de los casos, seguir haciendo las cosas de la misma manera cuando éstas no están funcionando.
Alguna vez se te ha pasado por la cabeza preguntarte: ¿Qué sucede realmente con algunos gobiernos de países, estados, ciudades, pueblos, que no avanzan o muestran cambios? ¿Sabes cuál es una de las razones por la que no logran avanzar lo suficiente?
Una de esas razones es porque cada período de gobierno dura un determinado tiempo, “finaliza” y llega otro mandatario. Ese otro por lo general tiene sus propios proyectos, metas, programas, etc. Cada uno se enfoca en lo suyo, con posibilidades de detener, retrasar o abolir los del anterior, perdiéndose en algunos casos algo tan importante como es la continuidad de proyectos.
¿Crees que se podrá alcanzar una meta cuando no hay continuidad en ella? Claro que no, la continuidad tiene que ver mucho con el compromiso. (Compromiso consigo mismo, con el trabajo, con la empresa, con los clientes, con la familia, con la comunidad).
El verdadero compromiso te eleva a un nivel mucho más alto al momento de hacer las cosas, y cuando esto sucede casi siempre se obtienen mejores resultados.
¡Espero que vayas por el camino del éxito, y que todo lo que pase por tus manos sea mejor cuando lo entregues¡
Positivamente
Johnny Baldovino.
(Consultor, conferencista y escritor)
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